LA VENGANZA DE SOLÓN


Alejandro Ramírez

Grecia, 543 a. C.
El burdel de Sólon en Grecia estaba en El Pireo, en el puerto de Atenas, para saciar el apetito sexual de los marineros. Hasta allí llegóSâleh, el fenicio que había llegado esa mañana procedente de la egipcia Menfis. Traía con él una joven mujer que había esclavizado en la colonia de Gádir. El fenicio bebió hasta casi perder la conciencia y a la hora de pagar le ofreció la mujer como pago. Sólon la observó: sucia, flaca, casi en los huesos y poseída de una infinita tristeza. No obstante, viendo que el fenicio no estaba dispuesto a pagar de otra forma, aceptó a regañadientes.
La llamó Éutique.
A la mañana siguiente, después de bañarla, perfumarla y obligarla a comer algo, la ofreció por el precio de un óbolo a los muchos pobres que merodeaban por el burdel. Necesitaba recuperar su dinero antes de que muriera.
Pero Éutique no murió. De un momento a otro empezó a comer con cierta disciplina y a esmerarse por su aspecto. Sólon estaba al tanto de esa evolución para aumentarle proporcionalmente el precio: primero multiplicó los óbolos, luego pasó a dracmas y, cuando alcanzó un esplendor desmesurado, estuvo tentado de cobrar minas. Pero entendió que era el momento de que Éutique cambiara de escenario.
No obstante, Sólon decidió reservarla durante un tiempo para su uso personal y no permitió que ningún otro hombre la tocara. Al cabo de un tiempo, contrariado por la excesiva simpatía que empezaba a sentir por Éutique, consideró que era hora de que le reportara algún dinero. Le enseñó todas las convenciones sociales de la época, los trucos para complacer a los más poderosos en la cama y la forma como podía extraer lo mejor de sus fortunas. Luego le dio una enorme suma de dinero como capital inicial.

Éutique se convirtió en una hetaira destacada. Era una dama de compañía que ofrecía todo tipo de favores, además de los sexuales, e incluso intervenía en las conversaciones de ciudadanos cultos. Llevó a la cama a varios legisladores y poderosos comerciantes. En poco tiempo le retribuyó a Solón el triple del capital que le había aportado.
Entonces Solón empezó a sentir envidia, quizá celos, y la consideró una ingrata. Le exigió de forma categórica que pasara más noches con él y le prohibió que se acostara con algunos hombres. De todas formas Éutique seguía produciendo en forma desproporcionada y varios potentados se disputaban su compañía.
Fue de esta forma que Solón perdió la paciencia. La recluyó en una habitación de su burdel con la disculpa de exigirle un poco de humildad. Luego, enceguecido por el odio, le reforzó las cadenas y le disminuyó drásticamente la comida. La visitaba todos los días y observaba en silencio su declive sin ceder ante las súplicas de piedad que cada vez tenían menos fuerza. Así, Solón la vio morir de inanición, cuando había recuperado el deprimente aspecto inicial con el que había llegado a El Pireo.
Con la ayuda de un carpintero selló cuidadosamente las puertas y ventanas para que el olor de la descomposición no se esparciera por todo el burdel, y convirtió la habitación en mausoleo.

Cuento tomado del blog: http://cuentominicuento.blogspot.com/


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